El muerto y el PRI a los tres días apestan

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El PRI es el partido político que más rechaza y desprecia la gente.

Ese repudio no es sólo hacia “Alito” Moreno y sus propiedades millonarias (ahora resultó dueño de una playa entera), también es a sus dirigentes estatales como Néstor Camarillo. La marca del Revolucionario Institucional ya apesta a muerto o a putrefacto.

Aún hay algunos militantes (ya son muy pocos) que valen la pena; que mantienen orgullosos su credencial de priistas y quizá están ahí por convicción, pero jamás porque les convenga. Néstor Camarillo adrede o por ignorancia se encargó de dinamitar a la marca.

Los analistas políticos de café aseguran que en política nada es casualidad, todo es causalidad y si fuera cierta esa observación, entenderíamos que Camarillo y su camarilla destrozaron adrede al PRI, porque al hundirla se iría con ellos sus aliados el PAN y el PRD y de esa manera quedarían bien con el partido en el poder.

O como dirían por ahí: si no lo hizo por negocio y para sacar ventaja, lo hizo por pendejez, vaya usted a saber, pero se encargó de dinamitar al partido que gobernó desde 1930 hasta el 2010 la entidad poblana, pues aún con Rafael Moreno Valle mantenía buen nivel de votos.

A Camarillo no le importa ser un partido que genera repudio, porque en un mes y medio cobrará como senador de la República, mantendrá el control de ese minipartido  (tiene más poder el PSI, imagínense) y recibirá las prerrogativas, poquitas, pero al final todo suma.

Fue el aún diputado local quien se encargó de bloquear a sus propios compañeros para que asumieran las candidaturas en este 2024. Muchos priistas se fueron donde sí se abrió la bolsa de trabajo: Morena.

Fue Camarillo quien le cerró las puertas a Jorge Estefan Chidiac, a quien por naturaleza le correspondía el Senado y al hacerlo, éste se apropió de la franquicia del Partido Verde, el cual está en segundo lugar de las preferencias a nivel nacional. Es decir, Estefan humilló a Néstor Camarillo

Fue “el pinche Néstor” como cariñosamente lo llamó la presidenta municipal panista de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, cuando ella denunció que supuestamente le pagó al priista 2 y medio millones de pesos para hacerse de la candidatura.

“Tú sabes que yo ya había pactado con el PRI. Yo ya había dado dinero y hasta el pinche Néstor (Camarillo) también me dijo que pues sí, que está complicado, que no puede hacer nada. Me lo tienen que regresar si fueron dos millones y medio.

” Mañana te veo, porque si no voy a hacerle una mamada (a Néstor Camarillo) y voy a tratar de dividirle a esta pinche vieja (Roxana Luna)”, se escuchó decir en un audio escándalo a la alcaldesa de Cholula.

Amenaza, por cierto, que al parecer sí cumplió y todo gracias a los buenos artes y oficios del líder del PRI. Hoy vemos a la excandidata perredista Roxana Luna en su calvario por tratar de ganar el municipio que perdió por 200 votos.

Se ve que, así como Alito Moreno se entronizó en el PRI, ocurrirá lo mismo con Camarillo a nivel local. Se quedará a apagar la luz y a cerrar la cortina para el 2027 y posteriormente en el 2030. O quizá si es más abusado lo veremos antes pactando su ingreso al Movimiento de Regeneración Nacional, por algo, en plena campaña, Ana Teresa Aranda advirtió que revisaría minuciosamente el trabajo del priista.

Néstor Camarillo pasará a la historia como el líder que hundió y defenestró al partido que lo hizo alcalde, le mató el hambre, lo colocó en una curul y, al final, lo hizo senador, pero no se preocupen priistas que su líder cobrará su dieta seis largos años.

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