La rectora de la máxima casa de estudios en el estado se definió asimismo como disciplinada y perseverante, afirmó.
Nunca pensé en ser rectora cuando era joven, nunca estuvo en mi mente, confiesa la académica.
Ricardo Morales
En la tercera y última entrega de la entrevista con la rectora de la máxima casa de estudios en el estado, Lilia Cedillo, la académica se confesó para Primera Plana Puebla.
Al pedirle que se definiera como persona, la rectora de la BUAP sentenció que es una mujer muy disciplinada y perseverante, por eso mismo llegó a ser rectora de la máxima casa de estudios.
Al tiempo en que la académica señala sus características, yo le agregue una más sencilla.
“Fíjese usted Ricardo que apenas fui al estomatólogo por un problema dental que tengo, me voy a componer unas piezas dentales, y el doctor me dijo, que iba a requerir que fuera muy disciplinada y constante para que el tratamiento funcione. Yo le respondí, -fíjese doctor que precisamente esa es una de mis cualidades, son muy disciplinadas y entonces él me respondió, – Si se lo creo, por eso llegó usted a ser rectora”, apuntó.
“Entonces yo le diría, Ricardo, que soy una mujer muy disciplinada, tremendamente disciplinada y muy perseverante, esas le diría yo son las dos cosas que quiero ver en mi como cualidades”, dijo.
Al cuestionar sobre si alguna vez soñó en ser rectora de su alma mater, la máxima casa de estudios en el estado, la rectora de la BUAP contestó de inmediato: “Nunca Ricardo”.
Con la modestia que la caracteriza, Cedillo Ramírez, apuntó que jamás en su juventud soñó como la rectora de la BUAP y apuntó que su llegada al frente de la máxima casa de estudios, se debió a una serie de coyunturas, como la pandemia.
“No, nunca, nunca pasó por mi mente ni remotamente el ser rectora, yo digo que llegué aquí por la pandemia, fue de los daños colaterales de la pandemia, entonces me dejaron aquí. Yo digo que fui rectora gracias a la pandemia, porque esta me acercó mucho a la comunidad universitaria en otro aspecto, un aspecto que yo no había vivido, yo había vivido el aspecto científico, el cultural, el docente, el fomento al deporte que siempre me ha gustado practicar y que amo, pero nunca me había acercado a la parte humana, a los sentimientos de un joven, de un profesor, de una familia y la pandemia me enseñó ese lado, el lado humano que todos tenemos de mucho dolor y mucha incertidumbre”, manifestó.
Este es el rostro humano de un personaje, la rectora de la tercera universidad pública en el país y de la segunda mejor en México, sólo detrás de la UNAM.
Lilia Cedillo ha sabido imprimirle un rostro humano a la BUAP, desmitificando la figura del rector, como un personaje intocable e inaccesible.
(Tercera y última parte)