Los militares tienen en sus manos la seguridad de Puebla

El gobernador Alejandro Armenta decidió jugarse su resto, en la lucha contra la inseguridad en Puebla, apostando, para estar acorde a la temporada que se aproxima, la de la Feria y el Palenque, a que los militares puedan solucionar el grave problema que enfrenta la entidad.

Son tiempos sumamente complicados en todo México y Puebla no es la excepción. El mandatario estatal ha enfocado todas sus baterías, durante sus casi ya primeros cien días de administración, a bajar la incidencia delictiva en la entidad.

Su apuesta inicial a favor de un marino, el vicealmirante Francisco Sánchez, parece rendir frutos de acuerdo a los números; pero, la percepción ciudadana, aún no está acorde a las cifras de detenciones y disminución de delitos que proporcionan las autoridades.

Asesinatos como el ocurrido el viernes pasado en San Andrés Cholula y el martes pasado en Puebla capital, contribuyen a que la percepción ciudadana no cambie, al contrario, generan un clima de miedo, en medio de todo lo que también se ve en el país.

La decisión de designar a otro militar, en este caso a un coronel del ejército mexicano al mando de la seguridad pública de Puebla capital, como lo es Félix Pallares Miranda, tomada de manera conjunta por el secretario de seguridad federal, Omar García Harfuch, el gobernador Armenta y el alcalde José Chedraui, parece obedecer a esta lógica.

Al inicio de la presente administración municipal, las nuevas autoridades tuvieron la oportunidad de elegir a su mando y optaron por un civil para estar al frente de la encomienda en la persona de Fernando Rosales Solís, quien fracasó y así hay que decirlo, con todas las letras.

Rosales se vio superado no solo por la delincuencia, sino también por las mafias y grupos que se han formado al interior de esta dependencia desde hace muchos años y que no han podido ser erradicados.

La rebelión de los policías hace unos días, luego del asesinato de dos de sus compañeros, es la mejor muestra de que Rosales fracasó tanto fuera como dentro de la corporación, lo que derivó en su caída, el alcalde Pepe Chedraui entendió que ya era insostenible mantener en el cargo a este personaje y tomó la mejor decisión al dejarlo ir para traer a su relevo.

Pero, Pallares Miranda no las tiene todas consigo, no por ser militar y no por llegar al cargo y contar con el apoyo irrestricto del secretario estatal, Francisco Sánchez, las cosas se van a componer por arte de magia.

La “Barredora” opera en Puebla y se ha apoderado de amplios espacios en la capital del estado, lo cual ha llevado a este grupo a enfrentarse a otros grupos del crimen organizado por el control del territorio.

Al interior de la Secretaría de Seguridad, ya dimos cuenta, existen mandos a los cuales se les acusa de estar involucrados con las diferentes organizaciones criminales, sin que se haga una “limpia” al interior de la corporación y únicamente se les cambia de sector para mandarlos a otro.

La apuesta para que los militares pacifiquen a Puebla es muy alta, ojalá por el bien de todos dé resultados, porque de lo contrario, si los militares llegan a fracasar, entonces, si, “sálvense quien pueda”.

Día clave para la BUAP. Larectora de la BUAP, Lilia Cedillo, recibió por fin este día, el pliego petitorio por parte de los grupos inconformes que mantienen tomada Ciudad Universitaria.

Este punto era clave para poder llegar a un acuerdo con estos grupos y que por fin se levante el paro que ha paralizado ya, por más de 20 días a la máxima casa de estudios.

En este espacio siempre hemos señalado como legítimas las demandas de las diferentes escuelas y facultades de la BUAP, pero también era necesario que los inconformes, dieran a conocer a las autoridades que es lo que quieren, para saber cómo se pueden ir atendiendo estas demandas.

Voluntad y apertura por parte de la rectora siempre ha existido, ojalá ya pronto todo vuelva a la normalidad, al interior de la BUAP, para que cuanto antes, arranque el proceso de admisión 2025, algo que anhelan miles de jóvenes y sus padres.

Se baja Mario Olvera. El candidato del PRI a la presidencia municipal de Chignahuapan, Mario Olvera, decidió este miércoles declinar a la candidatura a la alcaldía de este lugar y sumarse a Morena y a su candidato, Juan Rivera.

De esta forma, el próximo domingo sólo habrá dos opciones para Chignahuapan, una propuesta basada en la seguridad de la gente de este municipio y la otra que apuesta a poner en manos de gente con presuntos vínculos con el crimen organizado, el gobierno de esta ciudad.

Ya no hay más, lo hemos dicho hasta el cansancio, Chignahuapan se juega su futuro y por supuesto que para el estado es un tema de alta prioridad, el no dejar que una ciudad tan importante de la sierra Norte quede en manos del Moco.

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