La votación se desarrollaba el martes sin mayores problemas, salvo algunos reportes de condiciones climáticas extremas, algunos errores en la impresión de las papeletas y problemas técnicos que causaron demoras.
Esos contratiempos registrados hacia el mediodía fueron “en gran medida eventos rutinarios esperados y planificados”, aseguró en rueda de prensa Cait Conley, asesora principal del director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad. Dijo que la agencia no tenía ubicado ningún incidente nacional significativo que afectara la seguridad electoral.
El hecho de que decenas de millones de estadounidenses ya hubiesen votado ayudó a que la jornada se desarrollara con relativa fluidez. De hecho, hubo un número récord de votantes en Georgia, Carolina del Norte y otros estados en disputa que podrían decidir el ganador.