Jorge Barrientos
Durante la misa dominical, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, Francisco Javier Martínez, hizo un llamado a la paz y la reconciliación, pidiendo por todas las víctimas de la violencia en el país. En su mensaje, recordó a las víctimas de los recientes hechos violentos en Teuchitlán, Jalisco, y Reynosa, Tamaulipas, así como a Antonio Romero, un taquero atropellado en la Recta a Cholula; Mario Alberto Leal, activista defensor del agua y la tierra encontrado sin vida en Ixcamaxtitlán; y Magdaleno Pérez, padre buscador asesinado en Veracruz.
El obispo exhortó a los fieles a vivir verdaderamente la Cuaresma como un camino de transformación espiritual, destacando la necesidad de alejarse de la violencia, la corrupción y la indiferencia social. “Solo así podremos contemplar una luz de esperanza, la que no defrauda”, afirmó.
Criticó la falta de sensibilidad ante el sufrimiento de quienes buscan a sus desaparecidos, señalando que estos casos no deben reducirse a simples estadísticas. “Cada rostro ausente es una historia con Dios, una familia que lo espera con amor, un amor que no se resigna a los discursos vacíos”, expresó.
El obispo Martínez también reflexionó sobre la importancia de abandonar una sociedad dominada por la ley del más fuerte, el materialismo y la falta de valores. “Es necesario subir al monte, encontrarnos con Dios y con la verdad de nuestros corazones”, enfatizó.
Finalmente, recordó que la Cuaresma es un tiempo de gracia y conversión, llamando a la comunidad a reconciliarse con Dios, consigo mismos y con la creación. Asimismo, envió un mensaje de aliento en nombre del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, quien se encuentra en proceso de recuperación, confiando en su pronta mejoría.