Por Emiliano Martínez Cabrera
La captura del empresario ruso Pavel Durov ha generado revuelo en la prensa internacional, al tratarse del CEO y fundador de la plataforma de mensajería Telegram. Se le acusa de un amplio catálogo de delitos de alto impacto como terrorismo, venta de armas, tráfico de personas, fraude, blanqueo de capitales entre otras acusaciones. Según autoridades francesas podría permanecer hasta 20 años en prisión por los delitos imputados.
Sin embargo, bajo el contexto de la guerra Ruso-Ucraniana su arresto no es una casualidad, ni mucho menos. Telegram ha sido la principal plataforma de información sobre el acontecer del conflicto, tanto en Ucrania como en Rusia, siendo esta una fuente de acceso a contenido propagandístico internacional en suelo ruso, en donde el acceso a la información sobre la guerra está extremadamente controlada lo que sugiere que la plataforma es la única alternativa para acceder a la información, así mismo, un arma de doble filo en suelo ucraniano, ya que la población civil recibe alertas en caso de ataques aéreos o bombardeos, por otro lado, según fuentes de Reuters el gobierno ruso impulsa campañas propagandistas a través de grupos de Telegram.
Para el resto de Europa Telegram es conocida como una plataforma independiente en la que puedes acceder a todo tipo de información y buscar un acercamiento más objetivo de la naturaleza del conflicto que tiene a Europa dividida en dos grandes bloques. Sin duda el fácil acceso a la plataforma, la poca publicidad que maneja, así como la transparencia y factibilidad a la hora de compartir contenido e información la convierte en una herramienta propagandista de alto interés.
Recordemos que la guerra no solo se libra en el campo de batalla, también es una lucha de narrativas entre bandos antagónicos que al tratarse de potencias mundiales pueden cambiar el equilibrio de poder en la región. Así que, Telegrames una de las herramientas de poder empleadas por los estrategas de la guerra de propaganda. Desde mis consideraciones el arresto de Pavel Durov requiere un análisis objetivo de su operatividad y toma de decisiones como CEO de Telegram, me parece simplista reducir su detención a delitos de alto impacto que forman parte una serie de acusaciones particularmente oportunas en el contexto geopolítico de Europa.
Todo indica que las consecuencias jurídicas de su detención se medirán bajo el nivel de cooperación que Telegram mantenga con el gobierno francés, en sintonía con las políticas occidentales, coadyuvando a un esfuerzo de guerra propagandístico en la Guerra Ruso-Ucraniana.
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