México y Latinoamérica: La marea de las relaciones latinoamericanas

Durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las relaciones del país con las naciones latinoamericanas han tenido un giro a lo que se estaba acostumbrado. Y es que, este sexenio se ha caracterizado tanto por el gran reforzamiento de las relaciones con otros países como por grandes tensiones que han puesto en jaque al puesto que históricamente México ocupaba como líder diplomático de la región.

Desde la independencia mexicana, en 1821, el país se ha caracterizado por ciertamente tener relaciones diplomáticas fuertes tanto con países de Latinoamérica, como lo demuestra el apoyo chileno que se le envió a México para concretar su independencia (que no obstante llegó hasta 1822), así como con el resto de países del mundo; como lo puede ejemplificar el hecho de que el primer país del mundo en reconocer la independencia del país fue el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

Como se puede ver las relaciones exteriores mexicanas surgieron casi al mismo tiempo que el país siendo que; según la misma Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE, 2011) el primer antecedente de la existencia de esta data del 4 de Octubre de 1821.

Históricamente, las relaciones exteriores de México se han caracterizado por mantenerse neutrales en situaciones ajenas a los asuntos del propio país. Famoso es ya, la “doctrina Estrada” que ha llevado la tutela de esta forma de actuar por parte de la nación al establecer que México no intervendrá en procesos de aceptación o sustitución de gobiernos en donde tenga personal diplomático, resignándose así a emitir un juicio a favor o en contra de otros gobiernos puesto a que este sería una violación a su soberanía.

No obstante, hay otras doctrinas de política exterior que han existido en nuestro país y quizás no son tan conocidas. Un ejemplo es la doctrina Carranza; establecida por el ex presidente en 1918 la cual busca promover la igualdad entre estados así como establece la desaprobación de intervención de un estado a otro en base a sus asuntos internos así como pide equidad en materia de Derechos Humanos entre los extranjeros y nacionales ante la ley. Sin embargo cabe a aclarar que no siempre se ha tenido una alineación a estos principios puesto a que han existido doctrinas; como la de Díaz Ordaz y la de Castañeda Gutman que han priorizado el reconocimiento de los estados independientemente de su política o el desarrollo económico y social del país; respondiendo más a los intereses mexicanos respectivamente.

En el sexenio del presidente AMLO, México ha tenido un total de 2 Secretarios de Relaciones Exteriores; Marcelo Luis Ebrad Casaubón y Alicia Isabel Adriana Bárcena Ibarra. Desde 2018 Ebrad fue encargado de la SRE, siendo que poco después de empezar a fungir tuvo que pronunciarse respecto a un asunto emergente en Venezuela; y es que el autoproclamado gobierno de Juan Guaidó estaba tomando fuerza en el país sudamericano. La SRE bajo el mandato de Ebrad determinó una posición neutral en la situación cosa que fue condenada por Guaidó pero permitió que México mantuviera buenas relaciones con el país sudamericano.

Marcelo se vió envuelto en un caso interesante para toda la comunidad internacional; y es que Evo Morales, ex presidente de Bolivia, sería invitado por el presidente AMLO a llegar a México en calidad de asilado político, yendo directamente en contra de posturas como la de Estados Unidos o Brasil. Al cabo de unas semanas Evo terminaría partiendo hacia tierras argentinas. De todas formas, la justificación que se dió para la aceptación de una figura tan controversial como Evo fue que México históricamente ha sido un lugar en donde personas políticamente perseguidas han podido establecerse, el ejemplo más popular de ello fue la llegada de León Trotski a México en 1936.

Posteriormente, la pandemia llegó en marzo de 2020. Este suceso marco un cambio significativo en las relaciones exteriores del país por la crisis sanitaria existente y la parálisis que sufrió la economía mundial derivada de la cuarentena a la que se vió expuesta la población. De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (2021) “México hizo uso de sus fuertes y diversas relaciones bilaterales para asegurar que las y los mexicanos contaran con los materiales necesarios.”. Esto se vio demostrado no sólo de manera internacional en cómo México se pronunció con solidaridad en la reunión del G-20 del mismo año sino también a nivel regional con la presidencia temporal de México en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de 2020 a 2022 en la que “Se creó así un frente común y se estableció una Red de Virólogos celac con el objetivo de identificar, vigilar y controlar el virus, así como impulsar un centro de investigación para el desarrollo de vacunas.” (SRE, 2021). Para el 20 de Agosto de 2021 la SRE reportó un total de 1,015,800 vacunas Astrazeneca envasadas a México que habían sido donadas al resto de países con Guatemala siendo el país al que más donaciones se les habían dado con un total de 300,000. Asimismo la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) donó 34 modelos de ventilador VSZ-20-2 a países latinoamericanos incluyendo Guyana, Santa Lucía y Haití.

Al finalizar la pandemia, poco a poco la vida tradicional fue regresando conforme el sistema de vacunación no obstante fue en este preciso momento en el que los conflictos iniciaron. En diciembre de 2022 el Perú vivió un intento de golpe de Estado liderado por el hoy en día expresidente del país, Pedro Castillo, con quien AMLO tenía amplia fraternidad. Posteriormente a la caída de Pedro, el presidente mexicano declaró su apoyo a Castillo e incluso para marzo de 2023 defendía que este seguía siendo el presidente de la nación y que su detención fue totalmente arbitraria, esto llevó a una decisión importante; y es que la Comisión de Relaciones Exteriores aprobó, y luego, el Pleno de la nación andina ratificó la moción para declarar a AMLO como persona “non grata”. Sin embargo, estas tensiones no provienen únicamente de lo ocurrido con el presidente mexicano sino también es una consecuencia de la negativa del país norteamericano de ceder la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú. Como consecuencia de la totalidad de estos sucesos, la embajada de Perú en México se retiró del país el 25 de Febrero de 2023.

Ulteriormente llegamos a dos de las controversias más recientes del presidente y es que, en unas de sus declaraciones mencionó que Argentina “se había metido un autogol” al escoger al nuevo presidente, Javier Milei, como presidente; a lo que este respondió que era un ignorante lo que conllevo a una ferviente discusión entre ambos mandatarios que se apaciguo gracias a los esfuerzos diplomáticos entre ambos bandos.

Empero, es aquí cuando las cosas definitivamente se complican y es que hace unos días la embajadora de México en Ecuador, Raquel Surur Smeke, fue declarada como persona non grata por la cancillería del susodicho país tras las declaraciones del presidente AMLO en el que sugirió que los resultados de las elecciones de aquel país habían sido afectados por los acontecimientos culminantes en el asesinato del candidato Fernando Villavicencio. Por otro lado, las tensiones con Ecuador crecieron en gran parte también por la solicitud que Jorge Glas, ex vicepresidente del país, hizo a México para el asilo político. Glas argumentó que la fiscalía general de la nación sudamericana le perseguía con la “excusa” de haber cometido el delito de malversación de fondos, es por eso que la SRE aceptó su alegación con base en la Convención de Asilo Diplomático de 1954, ratificada con reserva (es decir, que el estado declara que pretende excluir o modificar parte de las disposiciones del tratado para ser adaptado a la aplicación en el estado) por México el 25 de enero de 1957 y por Ecuador el 20 de marzo de 1955.

Finalmente quedamos con el panorama actual, Ecuador decidió entrar forzadamente a la embajada de México en Quito para arrestar a Glas, causando en el acto una violación directa al árticulo 22 de la Convención de Viena la cual establece: “Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.” (puesta en vigor en 1964). Después de los sucesos, se informó que México rompería relaciones diplomáticas. La respuesta de la comunidad internacional fue concreta, Nicaragua, bajo el mandato de Daniel Ortega, condenó los hechos y decidió romper relaciones con Ecuador en solidaridad con México, países como; Brasil, Argentina, Panamá, Colombia, Uruguay, Chile, Perú y Bolivia condenaron los sucesos e incluso países como España y Estados Unidos junto con organismos internacionales como la Commonwealth, la Unión Europea y la ONU hicieron lo mismo. Tras lo sucedido, México anunció que demandará a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia y discutirá la situación en una reunión de emergencia de la Organización de los Estados Americanos.

La situación actual entre Ecuador y México es la ejemplificación perfecta del momento que pasa el país en cuanto a relaciones exteriores se puede decir. Históricamente, México ha abogado por evitar la confrontación con otros países y mantener la paz, lo cual le ha llevado a conseguir aliados entre la comunidad internacional, y más específicamente, en Latinoamérica. Empero, el proceso de la actual administración de Adriana Bárcena ha tenido dificultades tanto por declaraciones de dudable legitimidad como de las posibles tendencias Latinoamericanas hacia una perspectiva realista de la soberanía, es decir, hacia cada vez ver más a esta como un principio que los países pueden romper si los intereses nacionales lo requieren; como ha podido verse en este mismo año con los conflictos Guyana-Venezuela y México-Ecuador.

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