La semana pasada, en un lapso de 24 horas, el gobernador Alejandro Armenta lanzó dos bombas sobre Antorcha Campesina.
Primero exhibió que la organización chantajista está operando en la desestabilización de la BUAP.
A las pocas horas la titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte, Silvia Tanús declaró que ni Antorcha Campesina, ni la UPVA 28 de Octubre tienen concesiones formales, por lo que no serán recibidas en la dependencia.
Desde hace semanas señalamos que las unidades de Antorcha Campesina están en la ilegalidad; todos sus camiones son piratas y están fuera de la ley.
En unas horas Armenta lanzó dos misiles contra los decadentes Antorchistas.
¿Qué podemos esperar? Por supuesto la reacción lógica de esos grupúsculos: manifestaciones, protestas, bloqueo de avenidas, toma de edificios públicos.
Por favor generoso lector, no lo dude. Se aproxima un temporal de vientos.
En este escenario el mandatario poblano debe anticipar a la sociedad que se espera la respuesta chantajista de esos agitadores.
Y al mismo tiempo pedir la solidaridad y el respaldo de los grandes sectores, porque Puebla necesita erradicar el tumor nocivo que es Antorcha Campesina.
Los sexenios priistas fueron tolerantes en exceso con ese grupúsculo y el morenovallismo incluso se mostró zalamero ante la cofradía de Aquiles Córdova Morán.
No olvidemos la presencia de Martha Erika Alonso en primera fila de los eventos Antorchistas.
Los poblanos debemos dimensionar los señalamientos del Ejecutivo local.
Al abrir fuego sobre Antorcha está iniciando un periodo de confrontación que no será un día de campo. Por el contrario, vendrán días agitados para el estado.
En esta puja Armenta debe subrayar la trascendencia de los hechos y los poblanos deben expresar su apoyo al gobernador porque no se trata de un conflicto personal, no es un pleito entre particulares.
Es una política gubernamental que busca erradicar la influencia de Antorcha en la vida de Puebla.
Esa postura será uno de los ejes que definirán al actual sexenio.
Si logran expulsar a los Antorchistas del transporte público será un logro mayúsculo. Si exhiben sus brazos dentro de la BUAP podrán amputarlos para que jamás vuelvan.
En realidad estamos ante una batalla trascendental.
Otro frente de guerra serán las colonias que la referida agrupación ha creado en diferentes puntos del estado.
El gobierno debe coordinar esfuerzos con Ayuntamientos para impedir el crecimiento de esa organización en ciudades del interior.
La batalla de Puebla contra Antorcha debe abarcar todos los frentes.
La caída, la decadencia de Aquiles Córdova Morán y sus secuaces se mostrará en breve plazo. Ya pasaron los mejores tiempos de los senectos caciques de Antorcha.
Todo lo que sucede es producto de la política. Antorcha pudo crecer y extenderse gracias a que fue un apéndice del PRI, un membrete al servicio del “partidazo”.
Luego durante el vacío político de los doce años panistas los Antorchistas hicieron lo que quisieron.
A la llegada de López Obrador fueron señalados como “la antorcha mundial”; un sarcasmo que les cerró las puertas de apoyos y subsidios federales.
Conforme fenezcan los vetustos caciques, Antorcha seguirá descendiendo en una espiral de decadencia.
Los grandes sectores sociales los miran con repulsión y ya nada podrá cambiar el rechazo de la sociedad poblana y la postura del gobernador Armenta.
Llegó el momento de cerrarles la puerta del estado.
Como siempre quedo a sus órdenes.
X @CupulaPuebla