
En estos tiempos es un fenómeno político extraño, atípico, que en un municipio de una zona serrana donde habita población con bajo nivel educativo y escasez de recursos, gane las elecciones el partido que representa a la élite económica conservadora del país.
Ese ha sido el relato que el actual régimen le ha contado a la población, llamando a derrotar en las urnas a los partidos políticos que dieron cabida a los supuestos “enemigos del pueblo”. Sin embargo, en un municipio enclavado en la Sierra Norte de Puebla, ese relato no surtió efecto el domingo 23 de marzo del 2025.
Lo que se vivió ese día fue una elección extraordinaria de presidente municipal. Se tuvo que efectuar debido a que las elecciones del 2 de junio del 2024 fueron anuladas, negándole el triunfo al candidato del PAN. Es decir, la voluntad de la población de ese municipio se ratificó e incluso se amplió en la elección extraordinaria.
Surgen algunas reflexiones de esa elección que me gustaría compartir con usted, amable lector.
A la democracia liberal “se le mueve la patita” en el ámbito de las elecciones municipales. Esto es así debido a que el régimen autoritario permite que la voluntad popular se manifieste más libremente en este nivel de gobierno. Si las elecciones municipales estuviesen controladas como las estatales o federales, el actual régimen perdería legitimidad ante la población porque su talante autoritario sería más evidente.
Los liderazgos locales suelen ser más fuertes que la imagen de los partidos políticos. En 2024 el candidato Marco Valencia fue postulado por el PRI y se unieron a esa candidatura el PAN, PRD y PSI (Pacto Social de Integración, un partido local de Puebla). En 2025 Marco Valencia solamente fue registrado como candidato del PAN, sin la alianza que lo postuló originalmente y obtuvo 300 votos más que en el 2024. Mientras que el candidato de la coalición de MORENA, PT, Partido Verde, Nueva Alianza Puebla y Fuerza por México, obtuvo 800 votos menos que en 2024 a pesar de mantener intacta la alianza de partidos que lo postularon. El líder es más importante que el partido.
Los líderes políticos pueden modificar la percepción social y revitalizar a partidos que estaban “moralmente derrotados”. En las elecciones del 2024 en Venustiano Carranza el 25 por ciento de los entrevistados en nuestra encuesta de salida se identificaba con el PAN, y con MORENA el 47 por ciento. En esta elección extraordinaria la proporción de votantes que dijo identificarse con el PAN creció a 36 por ciento, contra el 31 por ciento que dijo Identificarse con MORENA. Es importante mencionar que el 79 por ciento de los entrevistados aprobaba el trabajo de la presidenta Claudia Sheinbaum en estas elecciones del 2025. Es decir, la base social del principal partido opositor al régimen superó a la del partido oficial, gracias al liderazgo de Marco Valencia y a pesar de la buena imagen de la presidenta de la República.
Sirva esta reflexión para concluir que la oposición tiene la oportunidad de mejorar su competitividad política desde el ámbito municipal. Al igual que el renacimiento del oscurantismo medieval comenzó en una ciudad italiana, Florencia, el renacimiento del oscurantismo autoritario en que se encuentra México podría comenzar en el ámbito municipal. La oposición debe impulsar nuevos liderazgos que signifiquen una opción de cambio, esa es la clave y no es poca cosa. Tendrá que renovar sus cuadros y perfeccionar su formación, lo que equivale a desafiar a su propio statu quo.
Nota de pie de columna: nos fue muy bien en nuestra encuesta de salida, así lo demuestra la coincidencia entre los resultados del PREP y la estimación de la encuesta, casi perfecta.
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