El nuevo presidente municipal de Puebla, el empresario José Chedraui Budib, enfrenta varios retos al frente de su responsabilidad.
De entrada, hereda una comuna enrarecida, luego de los dimes y diretes sobre la situación real de la administración municipal.
En este espacio revelamos que en realidad Chedraui Budib era el que quería el crédito; por lo que, acordó con Adán Domínguez la adquisición de dicho préstamo para que el costo político de esta decisión lo absorbiera el alcalde saliente.
Hasta hoy sabremos la situación financiera real de la comuna, pero lo que sí es un hecho, es que hereda una ciudad a punto del colapso, lo que será un buen pretexto para el inicio de su administración ante la falta de resultados. La inseguridad y el colapso en los servicios públicos es una “bomba de tiempo”.
Pero, internamente el edil tendrá poco margen de operación, muy poco, debido a los enormes compromisos que tuvo que realizar para ganar la elección.
De entrada, es rehén del sindicato y específicamente de su líder, el tristemente célebre, Gonzalo Juárez Méndez, quien apoyó a Chedraui en la campaña y a cambio se apoderó de muy importantes posiciones al interior de la comuna, de tal forma que en cualquier momento si llega a existir alguna desavenencia entre ambos, puede paralizar a la comuna.
Incluso, el líder sindical amplió su control con nuevas bases, en las cuales como es su costumbre incluyó amigos y familiares e incondicionales.
Sin embargo, Gonzalo, su aliado, tampoco las tiene todas consigo. El líder sindical tiene que hacer frente a un antiguo adversario, el ex dirigente de este sindicato, Israel Pacheco, quien estuvo injustamente detenido y pasó 3 años en prisión por no haber apoyado a Tony Gali en el 2013.
Las vueltas que da la vida, Israel Pacheco hoy se prepara para en enero, asumir una curul local, toda vez que su amigo, el gobernador electo, Alejandro Armenta, va a nombrar director en alguna área de gobierno a Jaime Aureoles Barroeta.
Por si fuera poco, la hija de Israel será la próxima Secretaría de Cultura.
Israel no olvida que le quitaron a la mala, el sindicato que él obtuvo, cuando Mario Marín ocupaba las oficinas del palacio de Charlie Hall.
De igual forma, Chedraui tendrá que negociar con los integrantes de su propio Cabildo, quienes son el fruto de las negociaciones al interior de Morena y sus grupos, el del gobernador Armenta, el de Claudia Rivera y el de la BUAP, el de la Benemérita Universidad, que obtuvo dos regidurías, dentro del Cabildo del empresario.
Otro aspecto importante es saber ¿Quién va a operar el Cabildo? Porque es un hecho que no será el supuesto coordinador, Gabriel Biestro, quien lleve la voz de mando, debido precisamente a la conformación de este órgano colegiado.
Por organigrama la operación del Cabildo le correspondería al secretario general, Joaquín Espidio Camarillo, el hombre de las confianzas del gobernador electo, Alejandro Armenta, pero se advierte que también meterá la mano el secretario de Gobernación y segundo de abordo, Francisco Rodríguez Álvarez (Franco Rodríguez), Eukid estará tras bambalinas en apoyo de Franco y del nuevo alcalde.
Paradójicamente, el nuevo edil tiene mayor margen de maniobra con los regidores de “oposición”, que con los de su propio partido.
Se dice que, Chedraui ya trae en la bolsa a Ovidio Celis Córdoba, posición de la organización Antorcha Campesina y al coordinador panista, Carlos Montiel Solana, personaje clave y muy cercano a Franco Rodríguez, a quien sucedió al frente del Consejo Coordinador Empresarial y por la cercanía de los Solana con los Rodríguez, principalmente con el primo de Franco, Herberto, pero cómo dijera la “nana Goya” esa, esa es otra historia.
Preparémonos pues, para tres años de administración encaminados a que sean cinco y medio, para luego ir por la candidatura a la gubernatura de Puebla y luego la presidencia de la República, faltaba más.
La alcaldía solo es la plataforma para este grupo, el cual busca lograr lo que Rafael ya no pudo.