Todo parece indicar que la “luna de miel” entre la administración saliente, que encabeza, Adán Domínguez y la entrante, que presidirá, José Chedraui, se va a terminar, a unos cuantos días para que este último tome posesión como nuevo edil capitalino.
El tema sin duda tiene que ver con el dinero, la cantidad de recursos de la cual va a disponer la nueva administración, la cual se dice, será prácticamente nada, porque ya todo el presupuesto se ejerció.
Esto trascendió luego de que el pasado viernes, los regidores fueron citados a una reunión con el tesorero, Omar Coyopol, el cual supuestamente y subrayó “supuestamente” les habría informado que ya se acabó la totalidad del presupuesto programado para el 2024.
Legalmente no hay nada que reprocharle a la administración saliente, la cual se ajustó a lo que es su derecho, dentro del ejercicio presupuestal correspondiente al 2023-2024, sin embargo, políticamente también hay que decirlo, no me parece correcto.
Tradicionalmente, sobre todo en Puebla capital, se estilaba que la administración saliente, suele dejar a la nueva gestión, una cantidad para poder hacer frente a sus primeras necesidades como el pago de nómina y sobre todo para poder hacer frente al pago de aguinaldos y la operación diaria de la comuna.
Hasta el momento, el nuevo alcalde, José Chedraui no se ha expresado públicamente al respecto, pero la crisis que se avecina pudiera ser de pronóstico reservado, ya que no va a ser nada fácil el inicio de la nueva administración. Extraoficialmente se habla de que incluso la administración saliente, se gastó 500 millones de pesos que se habían comprometido a dejar en caja al nuevo edil.
De hecho, se habla de que la comuna solicitaría al Congreso, la autorización para contraer un crédito con la banca comercial, para poder hacer frente a sus primeras responsabilidades, pero, para nada esto es un buen inicio, sobre todo, si se toma en cuenta que la administración de la ex presidenta, Claudia Rivera, liquidó antes de irse, el adeudo histórico que tenían todas las administraciones que les antecedieron.
La nueva gestión, tendría que iniciar sus trabajos, solicitando un crédito para poder hacer frente a sus primeras responsabilidades, lo cual no creo que vaya a ser muy bien visto por los votantes que los eligieron.
Vaya dilema y polémica con el cual va a arrancar la nueva administración municipal, misma en donde abundan integrantes del extinto equipo del fallecido gobernador, Rafael Moreno Valle y muy pocos integrantes de Morena.
Reelección, reelección. El pasado viernes, los asistentes al auditorio del complejo cultural de la BUAP, atestiguaron lo que en este mismo espacio les adelantamos, la rectora de esta institución, Lilia Cedillo Ramírez, tiene el camino libre para buscar la reelección.
Una buena parte de los asistentes, junto con muchos integrantes del consejo universitario, corearon a todo pulmón, reelección, reelección, mientras la rectora desde su posición en el estrado, se limitó a sonreír, mientras su mirada se perdía en el horizonte de los miles de asistentes que se dieron cita en el coloso del cúmulo de virgo.
Queda claro que, dentro de la máxima casa de estudios, solo hay un grupo dominante, el cedillista, como también lo señalé en una pasada entrega, el esparcismo se extinguió dentro de la máxima casa de estudios, tanto así que el ex rector fue el único que no estuvo presente, como sí lo hicieron José Doger, su primo Enrique y el otro Enrique, Agüera, quien viajó desde Miami, la ciudad donde radica para acompañar a quien fuera una de sus investigadoras estrella durante su rectorado.
Ya no hay dudas de que Cedillo Ramírez, no solo se volverá a postular para estar al frente por un periodo más al frente de la máxima casa de estudios en nuestro estado, sino que además, prácticamente no tiene oposición enfrente.
Su relación con los factores de poder en la entidad, es evidente que no es buena, sino buenísima, estuvieron presentes en su informe los mismo el gobernador saliente, Sergio Salomón, que el entrante, Alejandro Armenta, así como el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, así como la líder del Congreso local, Laura Artemisa García Chávez.
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, vive una nueva era, la de Lilia Cedillo, quien, con su sencillez, le ha impreso un sello diferente a la máxima casa de estudios.
A resaltar el hecho del nivel de cercanía que la actual rectora, tiene con la comunidad universitaria, principalmente con los estudiantes, quienes la identifican plenamente y con quienes Cedillo Ramírez, suele convivir constantemente.
La estabilidad al interior de la BUAP está más que garantizada en el año que le queda de administración a la rectora y cuatro más, porque nada parece poder detener su reelección.