Acción Nacional en el abandono

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El final de aquella película Sexto Sentido de M. NigthShyamalan (1999) describe perfectamente al panismo actual: todos están vivos, excepto ellos que desconocen que están muertos. Ya son sólo espectros en un mundo material.

Un ejemplo fue la elección del pasado dos de junio donde quedaron en ridículo con sus resultados y queriendo abrogarse las manifestaciones o marchas de la llamada “marea rosa”. Muchos gritos, muchas patadas contra el sistema, pero al final quedaron en el ostracismo. 

En la capital poblana, la cual gobiernan, perdieron por 15 puntos porcentuales y no pudieron cubrir el total de las casillas. Se calcula que sólo cuidaron el 60 por ciento; un “error” de párvulos en política.

La salida fácil es culpar a “los programas sociales” con la compra del voto, pero con tantos años de experiencia(cuando gobernaba el binomio PRI-Gobierno eran peores, diría AMLO) no han admitido que no dieron el ancho, que no pudieron o no quisieron; que tenían pésimos candidatos, que su intención nunca fue ganar y que incluso entregaron desde antes la plaza y que hubo traiciones.

Existe la sospecha que algunos líderes y candidatos vendieron sus campañas, algo difícil de demostrar, pero se irá descubriendo con el tiempo.

Su campaña fue porosa.

Otro ejemplo de que no es un partido que convoque a los ciudadanos es lo que ocurrió el lunes pasado con la aprobación de la despenalización del aborto: fueron muy pocos los ciudadanos que se unieron a los lloriqueos de Miguel Espinosa de los Monteros en tribuna, muy pocas muestras de apoyo a las mantas de “asesinos”, de los promotores de Provida (así se hacen llamar los protectoresdel padre Maciel y del párroco Nicolás Aguilar, curiosamente).

Y no vengan a decir que fue fast track este tema porque lleva desde el 2018 en foros y consultas públicas. 

En realidad, fueron más mujeres activistas las que asistieron con sus pañuelos verdes no sólo a las afueras del legislativo local sino en redes sociales. Y para rematar, coincidió el encuentro entre el gobernador electo Alejandro Armenta con Eduardo Rivera el mismo día de la descriminalización del aborto.

¡Santas coincidencias, Batman!

Hoy, la vida sigue como siempre. La gente no piensa en ir a armar la “gorda” al Palacio Legislativo porque legalizaron la interrupción del embarazo hasta la semana 12. Los panistas se comerán sus odios y sus enojos.

Es decir, el panismo quedó en el total abandono.

La prueba de fuego era convocar a los ciudadanos a unirse a sus plegarias y consignas, pero ni los vieron ni los oyeron. 

Son como los de Sexto Sentido, insistimos.

Acción Nacional regresó a sus orígenes, pero sin ideólogos. 

Al menos, en otros tiempos tenían a Manuel Gómez Morín o a Adolfo Christlieb Ibarrola o a Carlos Castillo Peraza, hoy, en cambio, cuentan con Marko Cortés, Javier Lozano y de manera externa con Carlos Alazraky y sus chicos de Atypical TV (lo de chicos es sarcasmo, pues).

Es como, cuando el cine de oro mexicano se convirtió en cine de ficheras. En vez de Arturo de Córdova (Castillo Peraza) ahora tenemos a “El Caballo” Rojas (Javier Lozano). Ahora el humor es involuntario.

Están tan mal que prefieren mantener el negocio de las prerrogativas y lo harán a través del Consejo Estatal que, seguramente, elegirá al próximo dirigente en la entidad y los militantes seguirán ahí en la cómoda medianía.

Claro, es mejor deprimirse con un bolillo en el estómago que sin nada. Es mejor deprimirse con camionetas de lujo y un edificio renovado con un costo de 10 millones de pesos que con su vieja Ichi Van del Comité Municipal (quién sabe cuántas criaturas fueron procreadas en esa camioneta desvencijada, por cierto).

La intención de citar la elección pasada y la votación el pasado lunes sólo es para poner en evidencia la falta de capacidad con la que cuentan los panistas y que el hecho de que gobiernen la zona conurbada no significa que la gente los siga, al contrario, los ignora.

Todos saben que están muerto, excepto los muertos.

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