Las tres caídas de Lalo Rivera

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Mario Riestra Piña y Genoveva Huerta Villegas ganaron la dirección estatal del partido blanquiazul, porque traían todo el respaldo de Jorge Romero Herrera, líder nacional del PAN. La clave de todo fue la inclusión de Huerta Villegas en la planilla de Riestra como secretaria general pero el grupo de Lalo Rivera se negó a ver la realidad, pese a que estaba frente a ellos todo el tiempo.

Aquí hay que hacer un paréntesis, cuando se dice que perdió El Yunque, a algunos amigos de la prensa se les aclara, no, esa organización católica clandestina no perdió. Es cierto que ni Mario Riestra ni Genoveva Huerta militan en esa secta religiosa, pero también hay activos de dicha organización que respaldaron a ese grupo. Hay yunques en todo el PAN, tampoco es un secreto, o bueno sí, pero muchos saben de qué hablo.

Cerramos ese paréntesis.

El CEN del PAN se decepcionó de Rivera Pérez cuando culminó la administración de Adán Domínguez al frente del ayuntamiento poblano; se dieron cuenta de las divisiones que generaría mantener al mismo grupo al frente de su partido en Puebla y determinaron que habría que poner nuevas figuras. No era conveniente abrir a una elección a padrón abierto por el riesgo de que los que gobiernan de Morena metieran más las manos a su partido e influyeran en los resultados.

Las multas millonarias y las observaciones a la dirigencia encabezada por Augusta Díaz de Rivera hicieron que en el CEN voltearan hacia otra figura; en este caso fue Mario Riestra. Además, a Rivera le cumplieron con la diputación federal plurinominal (subrayen plurinominal) a favor de Liliana Ortiz Pérez y al incluirlo en una secretaría. Dejarle más posiciones en Puebla sería provocar un socavón del cual sería imposible salir en las próximas elecciones.

En el rejuego de la campaña interna, un grupo de panistas, seguidores de Riestra, propusieron directamente a Eduardo Rivera que armaran un comité estatal en conjunto, pero este se negó. La intención era que, efectivamente, Riestra y Huerta dirigieran el partido, así como la tesorería, pero las demás posiciones se las otorgarían al grupo hegemónico.

El argumento era que se presentara ante la sociedad un panismo unido y no fracturado, empero, al final la gente de Eduardo Rivera no quiso ir en conjunto, prefirieron verse las caras en la elección interna.

Ahora bien, ¿Eduardo Rivera es un cadáver político?

Por supuesto que no.

Rivera Pérez encabeza un grupo importante en el PAN y, sobre todo, en el Consejo estatal de Acción Nacional. Tiene influencia nacional y estatal. Fue una derrota la pérdida de Felipe Velázquez, sin duda y sobre todo al grupo que encabeza, pero si es inteligente Riestra tendrá que sentarse a negociar con ellos porque los necesita.

Rivera Pérez deberá tomar un tiempo para reflexionar porque no sólo perdió la candidatura al Gobierno estatal sino el control de las principales posiciones en su partido, sin embargo, tiene un peso específico a nivel nacional y a nivel local.

De entrada, el PAN, en general como partido político vive su peor momento en la historia.

Ahora bien, la derrota de Felipe Velázquez Gutiérrez es decirle adiós, eso sí, al grupo de Los Cachorros. Ese grupo que fue conformado desde finales de los años ochenta y que con esta derrota ya no serán quienes dirijan el panismo en los próximos años.

Los Cachorros fueron creados por Francisco Fraile y se reunían cada viernes con El Pastor en su casa que tenía ahí en Villa encantada, la cual era conocida como La Cueva del Fraile y a la que hasta una vez fue a comer Manuel Bartlett, siendo gobernador del estado.

Entre ese grupo estaban: Lalo Rivera, Juan Carlos Espina, Fernando López, Abel Hernández, Marco “La Cosa” (hoy en Morena), Rafael VonRasfeld, Miguel Méndez, Ignacio Dávila, Javier Ramírez, Luis Enrique Palacios, Enrique Guevara, Ángel Alonso Díaz Caneja, entre otros y años antes hasta Humberto Aguilar Coronado quien se independizó de Fraile muchos años antes e labró su propio destino en el CEN  de su partido, pues fue hasta subsecretario de Gobernación federal con Santiago Creel.

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