
La elección en Chignahuapan será la más vigilada este domingo, y no es para menos: de facto, PRI, PAN y Morena han formado un frente común contra Movimiento Ciudadano, ligado a Juan Lira Maldonado, mejor conocido como “El Moco”.
Sin proponérselo, estos tres partidos han creado el TUMOC (Todos Unidos contra “El Moco”).
Aunque en el discurso oficial el senador priista Néstor Camarillo Medina y el PAN, mediante un comunicado, se deslindan de la declinación del candidato tricolor Mario Olvera Cortés, la realidad es que esa plaza ya había sido entregada a Morena. Especialmente desde que Fedhra Suriano Corrales, lideresa de Movimiento Ciudadano, decidió desafiar al partido del gobernador Alejandro Armenta Mier.
Que no venga ahora Mario Riestra Piña, presidente del PAN, con cuentos distintos, porque su actitud dócil hacia el partido gobernante se nota a leguas. Intentó confrontar a la administración municipal de Puebla capital, pero terminó retrocediendo cuando, mágicamente, le apareció un humilde ramo de expedientes por supuesto enriquecimiento inexplicable. Riestra ya se dobló.
Pero volvamos al tema. La situación con «El Moco» se salió de control desde que le prometieron la alcaldía de Chignahuapan. El diablo no entra a menos que lo invites, y aquí todas las miradas apuntan al partido Fuerza por México, que lo postuló.
La primera responsable fue Maiella Gómez Maldonado, dirigente estatal de Fuerza por México, quien reclutó al personaje que puso patas arriba al pueblo mágico, principal productor nacional de esferas.
Nunca se ha dado una explicación clara por parte de la diputada federal sobre las razones para elegir como candidato a Juan Lira.
¿Qué le prometieron? ¿Por qué optar por un personaje señalado públicamente por incurrir, presuntamente, en corrupción y delincuencia?
¿No sabían nada de él? ¿En serio?
¿Hubo dinero de por medio? ¿Se vendió la candidatura? (Son preguntas, que conste).
Si la respuesta es afirmativa, ¿de a cómo fue? ¿Nunca vieron las consecuencias de sus decisiones? En verdad, quieren que nos creamos la historia. ¿Qué sabe El Moco que los mortales desconocemos?
Sin embargo, hay que reconocer algo: tras todo este caos, enroques y confusión, lograron lo impensable. El PRIAN terminó aliado con Morena. Mientras a nivel federal estos partidos se odian por los campos de concentración de desaparecidos en Jalisco, aquí todos cantan al unísono porque la prioridad es expulsar a “El Moco”. Para que quede claro, ni un mocoso de cinco años habría logrado semejante hazaña política…
Moco que no ven, corazón que no siente.
Lo que suceda este domingo no es trivial; será la joya de la corona. Si Morena triunfa, será la primera gran victoria electoral del nuevo sexenio.
Seguramente ganará el domingo, pues la declinación de Mario Olvera cambió definitivamente el tablero político de Chignahuapan.
Se corren apuestas.