La gran revelación, los Lions

Ricardo Morales Sánchez

Los Detroit Lions eran una franquicia francamente aburrida dentro del mundo de la NFL, los eternos perdedores y uno de los cuatro equipos que nunca ha jugado el Super Bowl.

De no ser por el gran Barry Sanders para algunos, el mejor corredor de todos los tiempos y por “megatron”, el Gran Calvin Johnson, poco o nada se podía hablar del equipo de la ciudad sede de la poderosa industria automotriz norteamericana.

Salvo esa sorpresiva victoria obtenida en los play offs de 1991, en donde los Lions derrotaron a los Cowboys de Troy Aickman y Jimmy Johnson, lo que era el inicio del ascenso de los boys en la década de los noventas, tampoco muy poco se podía hablar de esta franquicia en postemporada.

Las cosas cambiaron diametralmente a partir de que la familia Ford, dueña del equipo, se decidió en contratar a la ex ala cerrada de equipos como los Giants y los Cowboys, Dan Campbell, a quien se le conocía como el “vikingo”.

Luego del enorme fracaso que para Detroit fue la contratación del ex coordinador ofensivo de los Patriots, Matt Patricia, había pocas esperanzas en Campbell, un personaje, la verdad sin mucha experiencia como entrenador en jefe.

Para sorpresa de muchos, Dan Campbell le ha cambiado la cara a una franquicia tradicionalmente perdedora. A base de motivación, pero también con sólidos fundamentos y ética de trabajo, los Lions se han convertido en una franquicia de llamar la atención en la NFL y hoy son después de los Niners, el equipo que según dicen los expertos, tiene más posibilidades de ganar la división norte de la conferencia Nacional y disputarle el juego de campeonato a San Francisco.

Una de las primeras decisiones de Campbell como entrenador en jefe fue muy polémica, hacer un cambio con los Ángeles Rams, para dejar ir a su mariscal de campo franquicia, Mattew Staford, una primera selección del draft del 2009 egresado de los Bulldogs de Georgia, para recibir a cambio a otra primera selección colegial de draft pero del 2016, Jared Goff, ex de los osos dorados de la Universidad de California, al cual muchos consideraban un fracaso, pese a que llevó a los Rams a un Super Bowl, aunque lo perdieron.

El cambio pareció hacer resurgir las carreras de ambos mariscales, Stanford ya ganó un Super Bowl con los Rams y Goff parece haber recuperado su ADN ganador y muchos creen que está a punto de meter a los Lions en el juego grande.

Campbell y la gerencia han sabido conjuntar un equipo redondo alrededor de Goff quien cuenta con una de las ofensivas más explosivas de la liga encabezada por el receptor, Amon Ra-StBrown.

Pero no solo es Amon Ra, el cuerpo de receptores cuenta con figuras como Jameson Williams y el corredor, Jamar Gibbs, toda una revelación el año pasado con 14 TD terrestres en la temporada y más de mil yardas por tierra. El joven ala cerrada Sam LaPorta ha sido una gran adhesión a una ofensiva, que ya es de las más temidas en la liga.

La defensiva mejoró mucho el año pasado y es anclada por una de las mejores para presionar al QB, el gran Adan Hutchinson, egresado de Michigan y corazón del grupo que se encarga de evitar puntos para los Lions.

El grupo de apoyadores es cumplidor, mientras que la secundaria hace aceptablemente su trabajo y promete mejorar en esta temporada.

Detroit luce sólido en una división en donde los Packers, se ven cómo los únicos que les pueden dar batalla, mientras Vikings y Bears se encuentran en plena reconstrucción.

Los Lions, son un equipo a seguir en la temporada y candidatos a estar en el súper domingo.

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