El pasado jueves, en el antiguo Palacio de Gobierno, ubicado en Reforma 703, se llevó a cabo una reunión sumamente trascendente para el futuro de Puebla. Se trató del primer encuentro formal entre el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier y la rectora de la máxima casa de estudios, la doctora, Lilia Cedillo Ramírez.
Ambos personajes, todo mundo lo sabe, son fundamentales en el tema de la gobernabilidad de la entidad.
Hasta antes de este encuentro, no había existido una reunión formal entre ambos personajes, aunque sí habían coincidido en algunos eventos. Cabe señalar que Armenta no estuvo durante la inauguración de la nueva ciudad universitaria CU 2 y la rectora, no estuvo presente en la presentación del libro del consultor y asesor del gobernador, electo, Javier Sánchez Galicia, llevada a cabo en el teatro del Complejo Cultural Universitario.
El encuentro entre Armenta y la rectora se dio también, a unos días de que se lleve a cabo el tercer informe de labores de la doctora Cedillo, el cual se llevará a cabo el próximo viernes, al que acudirá el gobernador electo y que, a su vez, se puede catalogar como el arranque de campaña de la académica, quien se postulará para un segundo periodo de cuatro años más, al frente de la máxima casa de estudios.
Este contexto, es por demás interesante, porque gran parte de que la rectora se pueda reelegir al frente de la BUAP, radica en tener el visto bueno de quien a partir del 14 de diciembre tendrá en sus manos las riendas del estado de Puebla.
La BUAP ha gozado de tres excelentes años, durante la gestión de Lilia Cedillo, quien cabe señalar, se hizo de la rectoría, luego de que su antecesor, Alfonso Esparza Ortiz, entró en conflicto con el entonces gobernador, Miguel Barbosa, quien estuvo a punto de meter a la cárcel al académico.
Esto le abrió las puertas a la doctora Cedillo, quien antes de esto, ni siquiera estaba en el radar de la sucesión rectoral, porque siempre se había mantenido en el ámbito académico, al frente del instituto de Ciencias de la máxima casa de estudios y en su papel de investigadora y académica.
Cedillo Ramírez se ha hecho del control de la máxima casa de estudios, a través de sus operadores político y también, se vio favorecida con la muerte del ex gobernador Barbosa y la llegada de Sergio Salomón, con quien estableció una excelente relación, algunos dicen, que la rectora y el aún mandatario son paisanos, cosa que desconozco, lo cierto es que hicieron una buena dupla, la cual le ha traído beneficios a la máxima casa de estudios, con la construcción de CU 2 y la ampliación de la infraestructura universitaria en todo el estado.
La reunión entre Armenta y la rectora Cedillo es más trascendente de lo que parece, porque tácitamente, se traduce en el visto bueno por parte de quien será el nuevo gobernador, para que la rectora, busque un segundo periodo al frente de la máxima casa de estudios.
De hecho, la presencia del nuevo mandatario el próximo viernes en el auditorio del complejo cultural, con una lista de 20 invitados especiales de parte de Armenta, es casi, casi por así decirlo, el banderazo de salida, para ir por la reelección y además sin ningún obstáculo de por medio, ya que la posible oposición a la rectora, no existe dentro de la BUAP.
El saqueo trienal de las administraciones municipales. Mucha atención deberá de poner la nueva legislatura local, para endurecer y evitar el saqueo que cada tres años, se lleva a cabo al final de las respectivas administraciones municipales.
El Congreso que encabeza su presidenta, Laura Artemisa García, debe de poner especial atención, junto con la comisión de vigilancia de la Auditoría Superior del Estado, para evitar que el “año de Hidalgo”, deje reitero, como ocurre cada tres años, que las administraciones municipales entrantes, arranque de cero y llena de deudas heredadas y que no se cubren nunca.
De la misma forma, deberá de castigar de manera oportuna, las desvíos de recursos que se detecten dentro de las diferentes administraciones municipales, que se documenten dentro del proceso de entrega-recepción, en un lapso de 90 días, de lo contrario, serán más de lo mismo, en donde la impunidad, ha sido el signo de lo que reitero ocurre, cada tres años.