(Tercera y última parte)
Ricardo Morales
Fotos: Es Imagen
El humedal del lago de Valsequillo es sin duda la más grande riqueza con la que cuenta la junta auxiliar de San Pedro Zacachimalpa, la cual a partir del mes de agosto comenzará a experimentar un cambio total de lo que ha sido su día a día.
En ese mes entrará en funciones la Ciudad Universitaria 2, la cual albergará a más de 5 mil estudiantes y una planta de maestros, los cuales superarán y por mucho, al número de habitantes de esta junta auxiliar, de cuyas necesidades ya hemos hablado.
A la especulación inmobiliaria, la falta de agua, inseguridad y la falta de vías de comunicación para mejorar la movilidad de la zona, ahora se debe de sumar el riesgo que corre el humedal de Valsequillo, el tesoro más preciado del ecosistema que se formó a raíz de la construcción de la presa, Manuel Ávila Camacho.
Esta impresionante obra de la ingeniería, comenzó su construcción en el año de 1939 y se terminó en el año de 1946, siendo una maravilla de Puebla, pues abarca una superficie cercana a las 2 mil 283 hectáreas de terreno. El agua que ahí se almacena es fundamental no solo por el ecosistema que se ha formado (humedal), sino porque constituye la principal fuente de riego de la zona agrícola de Puebla, constituida por los valles de Tecamachalco y de Tehuacán.
El humedal de Valsequillo tiene una superficie de 23 mil 612 hectáreas, que es casi ocho veces mayor a la de la propia presa. Esto significa que la biodiversidad impactada por este lugar se extiende a más de 20 mil hectáreas del perímetro del embalse, sólo comparable en la entidad a la presa de Necaxa, ubicada en el municipio de Juan Galindo, en la sierra Norte de la entidad.
Toda gira prácticamente en torno al humedal, quien, aunque no lo parezca, le da vida a poco más de 283 especies de animales de todo tipo, de las cuales el 82 por ciento son aves. Aunado a ello, viven 80 especies de flora, según han detallado diversos investigadores y eso que los niveles de contaminación de la presa, han aumentado de forma impresionante durante los últimos 35 años.
Dentro de este importante ecosistema subsisten diversas especies, la mayoría de ellas desconocidas por la mayoría de los poblanos, animales como el pato cucharón norteño, la rana fisgona, el lagarto alicante, la culebra guardacaminos, el gavilán pecho canela, el águila pecho rojo, el pato de collar mexicano, el cascabel pigmeo mexicana, el cacomixtle y el murciélago hociquilargo convergen en este lugar todo el año, esto solo por mencionar algunas de las especies que alberga este ecosistema.
El humedal forma parte del llamado corredor migratorio de América, pues recibe cientos de aves de 97 especies provenientes de otras partes del continente que buscan mejores condiciones climáticas o de entorno durante determinadas épocas del año. Esto está científicamente comprobado por investigadores de la máxima casa de estudios en el estado y de otras instituciones.
La propia BUAP ha reconocido la importancia que tiene este ecosistema para preservar los equilibrios en la región.
Esta zona en 2012 fue declarada, área natural protegida, no obstante, esta declaratoria, la expansión de la mancha urbana de Puebla, ha puesto en riesgo este lugar, como se puede apreciar a través de la expansión de colonias como Constitución Mexicana, Balcones y Playas del Sur, localizadas ya en plena zona de veda.
Nadie parece tomar en cuenta todo lo que ocurre en esta pacífica junta auxiliar de la ciudad de Puebla, la cual muy pocos conocían o tomaban en cuenta hasta que se anunció la puesta en marcha en la nueva ciudad universitaria en la zona.
Todos parecemos ignorar o queremos ignorar que los humedales son de vital importancia ecológica porque mantienen una elevada biodiversidad. De igual forma contribuyen al mantenimiento de la diversidad biológica y son vitales como zonas de descanso y alimentación para las aves acuáticas migratorias de largo recorrido.
Los humedales de Valsequillo hoy están en riesgo gracias al mayor depredador que ha existido en la tierra, el ser humano.
