En un conversatorio en la Ibero Puebla, el académico e investigador Fabrizio Lorusso ofreció una relatoría del caminar colectivo en la búsqueda de personas desaparecidas desde 2009 hasta la actualidad.
El estado de Guanajuato (6.16 millones de habitantes) es un lugar de rutas migratorias de llegada y salida, con actividad económica estratégica y escenario de grandes hitos en la historia de México. Sin embargo, también se ha convertido en uno de los principales focos rojos en materia de inseguridad y desaparición de personas.
De acuerdo con información presentada por Fabrizio Filippo Lorusso, investigador de la IBERO León, en la entidad hay 4,272 personas desaparecidas. Los municipios con mayor incidencia son Celaya (505 casos), Irapuato (472), León (459), Villagrán (265) y Pénjamo (222). De igual manera, se registran al menos 660 fosas clandestinas, más de una décima parte del total de fosas ubicadas en toda la República mexicana.
Fabrizio Lorusso encabezó el proyecto Fosas clandestinas y comunes en Guanajuato, una investigación que presenta una cartografía de la situación de fosas clandestinas en el estado desde 2009 hasta la actualidad. El micrositio concentra bases de datos, un mapa interactivo y una línea del tiempo que dan cuenta del camino recorrido por los colectivos de búsqueda desde los primeros repuntes de la desaparición forzada.
En dicha investigación, se demuestra el aumento exponencial de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, que entre 2020 y 2023, pasaron de ser 2 a 25, mismos que están integrados por más de 1,000 personas. Lemas como “De pie hasta encontrarte”, “Una luz en mi camino” y “A tu encuentro” demuestran el carácter conmovedor y movilizador de estas colectividades.
Desde la Ibero León, se han brindado capacitaciones para construir estrategias de acción colectiva, como actividades de reivindicación y memoria, talleres de búsqueda y mesas de trabajo con autoridades. Sintetizó Lorusso: “¿Por qué luchan? Porque los aman. Es uno de los lemas de hoy”.
Los activismos guanajuatenses han realizado acciones performativas para llamar la atención de las autoridades, desde colgar una manta en la Estela de Luz de la Ciudad de México, publicar un recetario con los platillos favoritos de las personas desaparecidas hasta una instalación con velas que flotaron sobre el agua en una fuente en Washington.
Sobre los reclamos hacia los distintos órdenes de Gobierno, el especialista aclaró: “No decimos que el Estado sea responsable de todo, pero hay una corresponsabilidad en años de omisiones, en no haber intervenido […] y grandes violaciones de derechos humanos por parte de la policía”.
Canciones, revistas, pancartas, plantones, marchas, cierres, performances, instalaciones, informes, misas, tendederos, poemas y documentales. Quienes buscan a sus seres amados desaparecidos recurren a todos los recursos y lenguajes imaginables para restituir la memoria digna de las víctimas, sensibilizar a la sociedad y exigir respuestas asertivas por parte del Estado.