El papel fundamental de las universidades católicas está en la formación de líderes con valores éticos y morales, capaces de responder a los desafíos del mundo contemporáneo. Las universidades no solo deben impartir conocimientos, sino también ser espacios donde se cultive la conciencia social y política.
En el marco del XIX Encuentro de Centros de Cultura, celebrado en la UPAEP, se discutió el papel crucial de las universidades católicas en la promoción de la ciudadanía y la construcción de la paz.
Este foro se centró en el tema «La conversión política y las universidades católicas como alma mater de ciudadanía», con un enfoque especial en la encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, y su mensaje sobre la mejor política y el diálogo social.
En su intervención, María del Rosario Andrade Gabiño, Coordinadora del Observatorio Legislativo y Profesora de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP, destacó la relevancia de estos encuentros, recordando su origen en un llamado hecho por el Papa Juan Pablo II.
“Este foro nace como una respuesta a la invitación de Su Santidad Juan Pablo II para entender los tiempos actuales y generar, a través del diálogo, las condiciones necesarias para enfrentar los retos que vivimos. Esta XIX edición está dedicada a explorar cómo las universidades católicas pueden actuar como almas mater de una ciudadanía activa y comprometida en estos tiempos tan desafiantes”, expresó Andrade.
Mientras que Fernando Sánchez Campos, Rector de la Universidad Católica de Costa Rica y Vicepresidente de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC), abordó la importancia de una conversión política que ponga al servicio del bien común los valores de fraternidad y solidaridad, tal como lo propone el Papa Francisco en su encíclica.
“La política debe estar al servicio de la paz y la justicia. Fratelli Tutti nos invita a reflexionar sobre el tipo de política que necesitamos para lograr una sociedad más justa y solidaria, donde el diálogo social sea el camino para resolver los conflictos y construir un futuro común”, señaló Sánchez Campos.
El rector de la Universidad Católica de Costa Rica también subrayó el papel fundamental de las universidades católicas en la formación de líderes con valores éticos y morales, capaces de responder a los desafíos del mundo contemporáneo. «Las universidades no solo deben impartir conocimientos, sino también ser espacios donde se cultive la conciencia social y política. Las universidades católicas, en particular, tienen la responsabilidad de ser faros de esperanza y agentes de cambio en la sociedad», agregó.
El encuentro reunió a académicos, estudiantes y líderes de diversas universidades católicas de América Latina y el Caribe, quienes discutieron cómo las instituciones educativas pueden contribuir a la construcción de una ciudadanía más comprometida, basada en los principios de la paz, la justicia social y la solidaridad. Además, se destacó la presencia de representantes de la Santa Sede, quienes aportaron una perspectiva global al debate.
María del Rosario Andrade expresó la necesidad de que estos espacios de reflexión continúen desarrollándose, ya que permiten a las universidades católicas no solo adaptarse a los tiempos actuales, sino también liderar la transformación social desde la formación integral de sus estudiantes.
“El Papa nos invita a mirar con atención a tres grupos fundamentales: las mujeres, los jóvenes y los más pobres. En América Latina, tenemos que concentrarnos en políticas públicas que prioricen estos temas, ya que son los más afectados por las crecientes brechas de desigualdad y los conflictos que polarizan nuestras sociedades. Este llamado no puede ser ignorado, y más que nunca es necesario atenderlo y asumirlo como un compromiso», expresó Andrade Gabiño.
También señaló que el contexto político y social actual en la región requiere una reflexión profunda sobre cómo las universidades católicas pueden influir de manera positiva en la formulación de políticas públicas que favorezcan a estos grupos vulnerables. Ante el incremento de las desigualdades y la fragmentación social, las universidades tienen la misión de ser espacios donde se discutan y generen soluciones que contribuyan al bien común.
“Es nuestra responsabilidad como académicos, como universidades, asumir el reto de liderar el cambio y de generar conciencia sobre la urgencia de atender estos temas en nuestras políticas públicas. Agradezco a todos por estar presentes, y espero que este espacio siga siendo una plataforma para el diálogo y la acción”, finalizó Andrade.
Sánchez Campos agradeció a la UPAEP por la organización del evento y recordó que el origen de esta iniciativa surgió en una audiencia con el Papa Francisco en mayo del año pasado, con motivo del 70 aniversario de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL). Durante dicha audiencia, el Papa y el Cardenal José Tolentino de Mendoca resaltaron la importancia de abordar los temas de la conversión política, sobre todo ante los graves problemas que enfrenta la política y la democracia en la región.
Fernando Sánchez calificó la encíclica Fratelli Tutti como un verdadero «plan de paz», destacando que este documento va más allá de una simple reflexión teológica, proponiendo un modelo concreto para transitar en la política y alcanzar el bienestar social. Este modelo, según Sánchez Campos, es el del Buen Samaritano, que nos invita a ver al otro no solo como un socio o colaborador, sino como un prójimo que merece nuestra ayuda y solidaridad.
Sin embargo, el politólogo señaló un gran desafío en América Latina: la desconfianza. “De acuerdo con los datos de la región, solo uno de cada 10 latinoamericanos confía en su prójimo”, mencionó, subrayando que sin confianza no se puede construir ni una mejor democracia, ni un estado de derecho sólido, ni un sistema judicial eficiente. “Ahí tenemos una tarea pendiente”, añadió.
La mejor política, o caridad política, es aquella que no se enfoca en el bien propio, sino en el bien común”, explicó Sánchez Capos. Este enfoque en el bien común es el que debe guiar a quienes ocupan cargos públicos, sin importar su ideología política, ya que el servicio es a las personas, especialmente a aquellas que más lo necesitan.
Otro aspecto clave que destacó Fernando Sánchez es la importancia del diálogo para resolver los conflictos sociales inherentes a la democracia. Sin embargo, no se trata de cualquier tipo de diálogo, sino de un diálogo fructífero, que lleve a soluciones superadoras y a la construcción de la paz. “El diálogo, como lo define el Santo Padre, es la capacidad de intercambiar, de ceder algo en favor del bien común”, expresó.
El Rector de la Universidad Católica de Costa Rica hizo un llamado a los académicos y a las universidades católicas para que formen a los futuros líderes como «artesanos de paz». Comparó el trabajo del artesano con el proceso político, indicando que cada negociación, cada esfuerzo por la paz, es único y requiere tiempo, paciencia y dedicación.
El XIX Encuentro de Centros de Cultura celebrado en la UPAEP, seguirá con un compromiso renovado de las universidades católicas para continuar trabajando en la promoción del bien común, el diálogo social y la paz, en un momento en que América Latina enfrenta desafíos políticos, sociales y económicos sin precedentes.