El 17 por ciento de la población mexicana experimenta algún trastorno mental a lo largo de su vida, señala el diputado de Morena
En conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, el diputado Pedro Mario Zenteno Santaella, integrante del Grupo Parlamentario de Morena, planteó la necesidad urgente de abordar este tema en el país, en consonancia con los principios de la Cuarta Transformación, que busca un México más justo y equitativo.
Zenteno Santaella enfatizó en un comunicado que «la salud mental es parte esencial de la salud integral; sin ella no hay bienestar, sin ella no hay una verdadera calidad de vida». Es necesaria, subrayó, la importancia de incluir la salud mental en la agenda pública, un tema que ha sido históricamente marginado y estigmatizado.
Indicó que las estadísticas son alarmantes: más de 280 millones de personas a nivel mundial sufren de depresión, y en México el 17 por ciento de la población experimenta algún trastorno mental a lo largo de su vida. «Cada año, cerca de 700 mil personas pierden la vida por suicidio, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos», advirtió.
En este contexto, hizo hincapié en que el estigma ha impedido que millones de personas reciban la atención necesaria. «La salud mental ha sido históricamente marginada; el estigma, la discriminación y la falta de recursos han impedido que millones reciban la atención que necesitan».
Además, el legislador federal subrayó que la pandemia de Covid-19 exacerbó esta crisis, provocando un incremento del 25 por ciento en los casos de depresión y ansiedad en todo el mundo. «La pandemia no sólo trajo la pérdida de seres queridos, sino también el peso de convivir con la ansiedad, el miedo y el estrés».
Ante esta situación, el legislador hizo un llamado a la acción, afirmando que «no basta con reconocer la problemática; es momento de usar acciones concretas para mejorar la vida de las personas».
Por último, aseveró que la salud mental es prioridad en la agenda de la Cuarta Transformación; el reconocimiento de su importancia no sólo es un deber moral, sino una responsabilidad que debemos asumir como parte del compromiso con la justicia social que promueve nuestro movimiento.
