Jorge Barrientos
El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Néstor Camarillo Medina, rechazó que su partido haya entregado la plaza de Chignahuapan al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tras la declinación de su candidato, Mario Olvera Cortés. Aseguró que el PRI no participaría en una “simulación” y lamentó la decisión del exaspirante.
Camarillo Medina criticó que Olvera Cortés, postulado por el PRI pero de origen panista, abandonara la contienda a pocos días de la elección extraordinaria y manifestara abiertamente su apoyo a Morena y al Gobierno de Puebla. Subrayó que esta determinación no fue consultada con la dirigencia estatal priista, lo que genera dudas sobre su proceder.
Aunque evitó pronunciarse sobre si el Partido Acción Nacional (PAN) tenía conocimiento previo de la declinación o si existió un acuerdo desde el inicio para respaldar a Juan Rivera Trejo, alias “El Diablo”, candidato de Morena, dejó en claro que el PRI no cedió el municipio.
“No me presto a una simulación. Si hubiera sabido que esto iba a pasar, ni siquiera habría existido una alianza de facto, simplemente habríamos competido con nuestros propios cuadros. Nosotros, como PRI, no hemos entregado la plaza ni nada, y nuestro logo seguirá apareciendo en la boleta el próximo domingo”, afirmó.
El líder priista adelantó que, una vez concluida la jornada electoral extraordinaria en los municipios de Ayotoxco de Guerrero, Chignahuapan, Venustiano Carranza y Xiutetelco, fijará una postura sobre los acuerdos con el PAN para competir juntos de facto, sin una alianza formal.
